La cúpula de Arcelor-Mittal en España ha convocado a los sindicatos a una reunión el próximo día 14 en Madrid en la que propondrá la ampliación del expediente de regulación de empleo (ERE) durante otros seis meses para el conjunto de sus instalaciones en el país, y sumará así dos años de vigencia. La propuesta se planteará en el marco del análisis de perspectivas de mercado y carga de trabajo para el primer semestre de 2001. En líneas generales, son poco halagüeñas, aunque los sindicatos confían en que no sea necesario aplicar el ERE en las plantas asturianas, que están entre las más competitivas del grupo en Europa.
El ERE, que se pactó con los sindicatos en junio de 2009, abarca al conjunto de la plantilla en España, unos 12.000 trabajadores, de los que prácticamente la mitad corresponden a Asturias. Su aplicación es independiente por planta e instalación en función de las necesidades y siempre pactada.
Gonzalo Urquijo, miembro de la dirección general de Arcelor-Mittal y máximo responsable ejecutivo de las plantas españolas, ya advirtió el pasado mes de octubre, cuando la compañía presentó sus resultados del tercer trimestre, de que se estaba sopesando ampliar el ERE que expira el próximo 31 de diciembre. Justificó entonces la medida en la caída de la demanda por la débil recuperación económica y la incertidumbre en el mercado. Ya se advirtió entonces de que las perspectivas para el cuarto trimestre de 2010 eran malas. Y así han resultado.
Arcelor-Mittal tiene varios hornos y numerosas instalaciones paradas en el conjunto de Europa, aplicando así la fórmula anunciada por el presidente y máximo accionista de la compañía, Lakshmi Mittal: «Se aprovechan al máximo las plantas de bajo coste y se dejan durmiendo las que los tienen caros».
Urquijo señaló que la elevada eficiencia de las plantas asturianas permitirá que no se convierta en «durmiente». Ayer, un portavoz de la compañía insistió en que «no se prevé en absoluto el cierre de instalaciones». Otra cosa es que de aquí a final de mes, aprovechando la poca carga de trabajo y la vigencia del ERE, se paren progresivamente varias instalaciones para realizar labores de mantenimiento que son habituales en estas fechas.
El directivo español afirmó que «el ERE permite flexibilidad y viene bien a los trabajadores y a la empresa» para afrontar situaciones de escasa demanda de trabajo. En términos parecidos se expresaron desde los sindicatos, aunque mantienen sus cautelas a la espera de conocer los datos que se les presenten.
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